
El emprendedor infravalorado
Innovador, determinado y dinámico
Comprometido, innovador, impulsado por una visión clara de la evolución de tu misión en la clínica, te enfrentas a la barrera invisible pero muy real de los hábitos arraigados de tu equipo. Tus ideas, su frescura y su pertinencia no están en duda, pero su viabilidad a corto plazo sí lo está. Una situación aún más frustrante para ti, ya que su implementación se ve frenada por la inercia natural de un entorno asentado, donde la rutina da seguridad y sirve como referencia.
Frente a colaboradores y asistentes más antiguos o apegados a un modo de funcionamiento probado, tu entusiasmo puede parecer demasiado ambicioso, abstracto o demasiado exigente para ser seguido. Esperar una adhesión inmediata a un movimiento percibido como más grande de lo que ellos pueden manejar es una tarea difícil.
Urger preservar tu motivación y liberar tu potencial, definiendo un dispositivo simple y efectivo para transformar tus ambiciones en acciones concretas. No se trata de una revolución brusca: el cambio debe integrarse suavemente, mediante herramientas y directrices personalizadas, simples y de fácil aplicación.
Tu prioridad: estructurar tu proyecto diseñando protocolos listos para usar, que se integren naturalmente en el día a día de todos. En lugar de contar con una adhesión espontánea a tu visión global, introduciría el cambio de forma progresiva, con ajustes concretos e incrementales. La inversión será limitada en comparación con los beneficios esperados. Lo que parecía abstracto se convertirá en operativo, lo que parecía ambicioso se volverá accesible. Finalmente, impulsaremos la dinámica que buscas, sin esfuerzos vanos, y cosecharás los frutos.

